miércoles, 13 de octubre de 2010

Los errores de mi vida: hombres.


Hay personas enamoradizas y las hay libres de pensamiento, palabra, culpa u omisión. Uno casi nunca esta conforme con las partes que nos tocan, o a veces prefiere directamente que ni siquiera las partes nos toquen.
He cometido muchos errores en mi vida, pero ya lo dice el refrán “nunca se tropieza dos veces con la misma piedra” sin embargo hay cierto tipo de error que suele ser recurrente en la mía: los hombres. Ya sea que me enamore profundamente o solo sea un “amor de verano”, término viendo que fue un error perder mi tiempo en ellos, aun que de algunos logre tener algunas buenas costumbres, como es el caso de “el chupetín de dulce de leche” apodado así por mi santa madre. (No daré nombres reales o al menos que correspondan a la persona) Fue mi PRIMER gran amor… o mejor dicho fue con quién descubrí que se podía amar hasta límites impensados; vivía a media cuadra de mi casa, lo conocí cuando estaba en el tercer grado de la escuela primaría y estuve seis años “enamorada” de esa persona. Es el día de hoy que si lo pienso tengo ganas de pegarle, pero me queda esa especie de “resaca” del viejo florecer del amor en el alma. ¿El error? Esperar con ansías tantos años por nada, no fue correspondido –como la mayoría de los casos- y cuando al fin llego la buena noticia en boca de una amiga: “gusta de vos” a mi ya no me pasaba nada con el flaco y decidí no jugar con él. El buen hábito: por tonto que parezca aprendí a comer el arroz –y es una de mis comidas favoritas- ya que a él le encantaba.
Después la música me atrapo y conocí a quién actualmente aún sigue siendo mi plataforma del amor, por no decirle platónico (Segundo amor insuperable); más allá de todo no creo que él sea un error, sino más bien una fiel enseñanza de vida. Fue quién escucho de mis labios mi primer “te amo” y ahí me di cuenta de que esas dos palabras no tienen nada de malo. Creo que gran parte de lo que soy debería darle crédito a él. Pero es un hombre y así como lo dice el título algún error me tuvo que haber traído aparejado y sí: perdí la cabeza y comencé a gastar mucho dinero en discos, si bien la música siempre es la respuesta a mis problemas, mi billetera no decía lo mismo en aquella época.
En medio hubo “los amores de verano” por que son esos que te gustan en la secundaria y en la que vivís pendiente de si pasa o no por la puerta de tu aula. De ellos no aprendí mucho solamente que: las drogas, las salidas nocturnas descontroladas y el alcohol pueden hacerte ver como que repetiste veinte veces el primer año del polimodal. En esta etapa hubo dos hermanos drogones, un chico con un ego muy alto que finalmente terminó  mis pies y yo… lo pise. -.- También hubo lugar para una persona a la cual quise mucho y pensando estar enamorada se lo dije, pero bueno después ambos aclaramos la situación y hoy seguimos siendo amigos y puedo jurar que ya no siento nada más que una linda amistad; el error: su mugre, lo bueno: su  sentido del humor y su amistad.
Después para incrementar mi fama de “asalta geriátricos” llegó un tipo bastante mayor que yo “Tormenta”, con un pasado muy triste pero con una personalidad muy dulce; y justamente es el estereotipo en el que no quiero volver a caer: se la paso prometiéndome una cita, demás esta decir que jamás llego; fui su orgullo ante sus amigos, su “boluda de turno” y creo que nada más. Es la típica persona que olfatea cuando estás baja de defensas en lo sentimental y cual parásito se aprovecha de la situación. Lo bueno: su simpatía, lo malo: todo lo demás. Creo que el mayor error fue pensar que iba a cambiar cuando después de cuarenta años aún vivía con su madre. U.u
Luego recuerdo nuevamente cariños pasajeros entre los cuales se encuentran aquellos que conocí en la facultad. El más relevante es quién esta casado con Dios y que paradójicamente se va a casar en poco tiempo. Una persona muy dulce, sin una gota de maldad en el cuerpo pero…. Su error: La mujer es una máquina de tener hijos y esclava del hogar, sin independencia laboral. Lo bueno: su personalidad. Mis mejores deseos para su vida. En esta etapa también encontré  un doble de Joaquín Furriel con el cual fue solo un beso y mi desición de nunca más. El error: besa muy mal, lo bueno: la belleza indescriptible.
A continuación vino el chico Kiss. Lo conocí en un recital de esos a los que suelo ir y fue la primera vez que mande todo el protocolo al demonio y lo bese sin siquiera preguntar su nombre. Un recital mortal, era la primera vez que Motley Crue pisaba suelo argentino y yo definitivamente perdí la cordura, sin embargo se sintió tan bien esa libertad, estar comiéndole la boca y que nadie –excepto a mi pobre amiga- le importe. Ni siquiera recuerdo las cosas que me decía. Si recuerdo que en los días siguientes me tenía harta preguntándome como dormía o con qué y me salió mi frase celebre: Untada en mierda… te va? Nunca más volvió  llamar hasta dentro de casi un año y cuando atendí fingí que no sabía quién me hablaba y así me liberé de un problema. El error: sexopata libremente declarado. Lo bueno: libero mis cadenas y al demonio la timidez.  
En este tiempo hubo un impas en el que estuve abocada solamente a mi amor platónico musical. Y hablando de música volví a tropezar con la misma piedra, confié que solo era un cariño naciente –de mi parte- amistoso y luego me di cuanta de cuanto extrañaba sus besos y abrazos virtuales y ahí ya sabía que estaba hasta las manos, que me había enamorado y conviví con ello en silencio cerca de dos años, hasta que el día de mi cumpleaños decidí contarle (Tercer gran amor y espero último) y por ser sincera me gane que me ignoren y no me vuelvan a hablar. El error: repite el patrón, lo bueno: aplique la sinceridad al máximo y pude sentarme como adulta a hablar de lo que sentía por él. Más bien creo haber cometido sincerisidio pero bueno no hay mal que por bien no venga.
Conclusión: desearía pertenecer  ese porcentaje que son libres de pensamiento, palabra, culpa u omisión en el amor. Después de tanto odiar a los hombres de mi vida termino aprendiendo a convivir con ellos; Tincho es un amigo con el cual nos identificamos y al cual defino como mi “codo a codo” ya que en síntesis es un amigo virtual al que aprecio mucho por su sabiduría, pero por sobre todo por que cada vez que hablamos de este tema terminamos brindándonos consuelo y opinando casi lo mismo acerca de las situaciones: las personas maduras y serias asustamos; y como persona que soy siempre pero siempre vuelvo  tropezar con la misma piedra. 

1 comentario:

  1. realmente...sin palabras...hermoso.tu blog..la vida misma de tantas mujeres...en la cual me siento identificada...en casi todo...felicitaciones Noelia.... Carina

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